MARÍA VALERIO
Si es usted viajero habitual quizás se haya despertado más de una
mañana en alguna habitación de hotel preguntándose dónde está. Sin
embargo, incluso aunque sea usted de los que da mil vueltas en la cama
mientras duerme, seguro que no recuerda haberse caído de la cama ni una
sola vez en su vida adulta. ¿Cómo es posible? ¿Qué mecanismos nos
protegen de caernos de la cama durante la noche?
Como explica a EL
MUNDO el doctor Juan Pareja, jefe de la Unidad del Sueño de la Clínica
Quirón de Madrid, caerse de la cama es algo muy anormal. Principalmente
porque nuestro tono muscular durante las horas de sueño está muy restringido;
"como mucho, damos media vuelta, cambiamos de posición si llevamos
mucho rato en la misma, carraspeamos, nos ajustamos la sábana o
murmuramos".
El sueño consta de dos fases, una primera denominada
de sueño lento, en la que nuestro cuerpo comienza a relajarse y entra
progresivamente en un estado de laxitud. "En esta fase, se pueden producir pequeñas sacudidas bruscas que nos hagan despertarnos sobresaltados,
pero son algo natural y sin mayor riesgo", explica el doctor César
Viteri, especialista en trastornos del sueño de la Clínica Universidad
de Navarra.
La segunda fase del sueño, la denominada REM, es en la
que se produce toda la actividad onírica, en la que soñamos. "Para
impedir que nuestro organismo interactúe con el contenido de esos
sueños, nuestro organismo inhibe toda la actividad motora",
explica el doctor Viteri. Toda, salvo la necesaria para que nos
acomodemos en la cama o cambiemos de posición para proteger la
respiración y la circulación.
Algunos pacientes con un trastorno
denominado de conducta del sueño REM no tienen inhibida esta actividad
motora por la noche; "y eso hace que actúen en sueños, griten, corran,
agredan o se caigan de la cama".
Para el resto de individuos
sanos, como añaden ambos especialistas, nuestro cerebro tiene además
cierta capacidad de percibir el espacio y de memorizar las dimensiones
de la cama gracias a los músculos propioceptivos. "Por eso, si en una de
esas vueltas llegásemos al borde de la cama, el cerebro es capaz de percibir el cambio de textura de la cama y lanzar una pequeña señal de alarma". Suficiente para no caerse.
En el caso de los niños,
como explica el neurólogo de la Clínica de Navarra, sus mecanismos del
sueño son todavía más inmaduros, por lo que entre otras cosas se mueven
mucho más ("en adultos es muy raro que alguien se despierte con la
cabeza a los pies de la cama, no así en niños"). Debido a esa inmadurez
(y a que sus propios músculos propioceptivos se encuentran aún en
formación), ese bloqueo de los movimientos durante la noche no es total y
por eso, entre otras cosas, se despiertan más veces durante la noche.
"Hacia
los dos años y medio pueden pasar de la cuna a la cama", recomienda el
doctor Viteri. Algunos trucos para que ese cambio se produzca con
seguridad pueden ser empezar por poner el colchón en el suelo mientras el pequeño se familiariza con las dimensiones de la cama, o proteger el perímetro con cojines para evitar sustos en caso de caídas.
El sueño de los españoles en 10 cifras
- Entre el 20% y el 48% de los españoles tiene problemas para dormir.
- El 72% de los españoles se va a dormir entre las 23.00 y la 01.00. El 53% se levanta antes de las 08.00.
- El 72% de la población tarda menos de media hora en dormirse (21 minutos de promedio).
- El insomnio transitorio es el trastorno más frecuente, afecta al 25-35% de la población adulta.
- Hasta cuatro millones de españoles tienen insomnio crónico.
- El 28% de la población ha usado benzodiacepinas para dormir alguna vez.
- La apnea del sueño afecta a un 17% de hombres y un 9% de mujeres.
- Navarra, País Vasco, Cataluña y Baleares son las comunidades donde mejor se duerme.
- Castilla La Mancha, La Rioja y Aragón, las que peor calidad de sueño tienen.
- Los españoles duermen una media de 6'67 horas, excepto los navarros que llegan a 7'24.
EL MUNDO, Viernes 18 de marzo de 2016
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