ALEXANDRA LORES
Los calcetines son la prenda más ignorada del armario. Ocultos bajo
la ropa y los zapatos, su único minuto de protagonismo ha sido siempre
desafortunado, sembrando el pánico en momentos de intimidad y condenados
inmediatamente por atentado estético. Pero estas prendas empiezan a
salir de su injusto ostracismo y cada vez son más las firmas que ofrecen
modelos con diseños y tejidos innovadores. Sus bondades, además, no son
solo estéticas: el descanso puede ser un gran beneficiado de esta nueva
ola.
Según un estudio
realizado por la Sociedad Española de Neurología (SEN), conseguir una
buena higiene del sueño, es decir, prácticas y hábitos que ayudan a que
este momento resulte reparador, es una de las preocupaciones
fundamentales de entre los más de cuatro millones de españoles que
padecen insomnio de manera crónica. Los motivos de esta dolencia pueden
ser muchos: preocupaciones diarias, períodos en los que estamos
expuestos a situaciones estresantes o una patología física o psicológica
que acarree este problema como efecto secundario.
En ocasiones, se relaciona esta alteración con una salud deficiente, pero hay desencadenantes no patológicos, como los cambios fisiológicos ocasionados por la edad,
que provocan que durmamos menos y de un modo más ligero. Viajar o
exponerse a temperaturas extremas tampoco facilitan un buen descanso.
Existen remedios caseros para todos los gustos:
darse un baño caliente, evitar las cenas copiosas, beber una infusión
de extracto de plantas e incluso habrá quien, de puro aburrimiento, imagine una oveja tras otra saltando por encima de una valla. La Fundación Nacional del Sueño
de Estados Unidos recomienda no realizar una actividad física demasiado
enérgica antes de irnos a la cama para conseguir un reposo adecuado.
Asimismo, mantener una rutina similar a la hora de levantarnos y de acostarnos, nos ayudará a dormir mejor.
Cuestión de temperatura
El descanso de nuestro cuerpo no solo es fundamental para reforzar la memoria,
mantener el peso y empezar el día con las pilas cargadas; mientras
dormimos, el cerebro se activa y la piel se regenera. Una de las claves
para disfrutarlo plenamente es mantener, durante la noche, una
temperatura corporal correcta, algo que no es fácil: cuando acaba el
día, los grados de nuestro cuerpo bajan al mínimo,
y por eso sentimos la necesidad de taparnos. Y es aquí donde la prenda
que nos ocupa desempeña un papel crucial: el uso de unos patucos o
calcetines que nos caliente en la cama es saludable, como concluye la
doctora Inés Picornell Darder, especialista en Neurofisiología Clínica y presidenta de la Sociedad Española de Neurofisiología Clínica (SENFC).
Según un ensayo publicado en la revista Nature,
cuando nuestros pies están calientes, las venas se dilatan y el calor
se expande por todo el cuerpo: "Es entonces cuando el cerebro entiende
que ha llegado el momento de descansar. Por el contrario, si nuestro
organismo se mantiene frío, este tendrá que trabajar más para regular su
temperatura. Lo que nos mantendrá alerta, poco relajados, y tardaremos
en dormirnos".
Picornell Darder detalla en qué consisten los diferentes ciclos del
sueño: “Durante la fase denominada NREM [adormecimiento y sueño ligero],
la temperatura corporal suele bajar. De hecho, este descenso comienza a
partir de las cinco o seis de la tarde. En este primer tramo, todo se
regula: la respiración, el tono muscular y la frecuencia cardíaca". Y es
cuando los calcetines facilitan el proceso. Después, la cosa cambia.
"Al entrar en la fase REM [sueño profundo que sucede de madrugada], las
frecuencias de nuestro cuerpo se alteran y la temperatura no está
controlada”, prosigue la experta. La temperatura del cuerpo ha subido:
por eso nos destapamos en mitad de la noche o nos deshacemos de la
prenda de punto.
Sobre todo, los pies limpios
Acostarse con calcetines es, por tanto, recomendable si tendemos a tener heladas las extremidades
y queremos dormirnos de una manera rápida y eficaz. Eso sí, debemos ser
cuidadosos y mantener una correcta higiene. Para conseguirlo, "es
fundamental cambiarse de par de manera habitual, especialmente, tras
volver a casa por la noche. Aun así, antes de hacerlo, es recomendable
lavarse los pies y secarlos muy bien entre los dedos para evitar la
aparición de hongos", aconseja el dermatólogo Miguel Ángel Gorospe,
especialista en Dermatología Clínica y Anatomía Patológica Cutánea en la
Clínica Imema.
En cuanto a las características de esta prenda, recomienda que no
sean ni muy apretados ni muy gordos, y mejor si son de fibras naturales.
"Una transpiración deficiente puede hacer que los pies suden y
aparezcan bacterias. Es mejor decantarse por los de hilo o de algodón, y
evitar la fibra sintética y la lana, sobre todo en aquellas personas
con la piel sensible atópica, ya que podrían sufrir irritación", explica
Gorospe.
Vivir en un clima seco o tener una dermis poco seborreica puede
provocar que nuestra piel resulte dañada y nos cause picores. Si
queremos repararla, una buena crema hidratante antes de calzarnos es
suficiente. Pero, ¿qué ingredientes son nuestros aliados? Gorospe lo
tiene claro: “Las más adecuadas son aquellas que contienen glicerina,
vaselina, urea o ácido láctico, que previenen la sequedad y los picores y
mantienen nuestros pies hidratados”.
Un poderoso afrodisíaco
La buena noticia definitiva es que dejarse los calcetines al dormir
acompañado no tiene porqué ser un obstáculo para el amor. Según un estudio
realizado por la Universidad de Groningen (Holanda), "llevar esta
prenda durante las relaciones sexuales facilita a ambos sexos la llegada
al orgasmo". El autor de este trabajo, el neurocientífico Gert
Holstege, quería averiguar qué partes de nuestro cerebro se activan
cuando alcanzamos el clímax y comprobó que el 80% de las parejas
llevaban los pies protegidos en el momento más álgido, frente a un 50%
de aquellos que prefirieron quedarse descalzos.
Cristina Callao,
psicóloga especializada en Sexología Clínica y Salud Sexual, lo
suscribe. “Cuando la temperatura de nuestros pies es lo suficientemente
cálida y confortable, mantenemos la autorregulación de nuestro cuerpo y,
de este modo, la sangre irriga de manera directa al clítoris y los
genitales masculinos”. Aunque todo apuntaba a lo contrario, resulta que
podemos lograr que los calcetines jueguen a nuestro favor y no en
nuestra contra. “La mayoría de firmas de lencería han ampliado su
catálogo de medias y calcetines y, actualmente, podemos encontrar
modelos exquisitos”, remata Callao.
EL PAÍS, Domingo 20 de marzo de 2016
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