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Interior mantiene el dispositivo para multar a padres que excedan la salida permitida

ROBERTO R. BALLESTEROS
A partir de hoy los niños pueden salir a la calle. Así lo acordó el Gobierno el pasado viernes, cuando decidió ceder a la reclamación popular. El descenso en la curva de fallecidos diarios hacía ver, a juicio de Moncloa, que las medidas tomadas estaban surtiendo efecto, por lo que parecía razonable, siempre según el ejecutivo, dar un paso adelante. Los menores de 14 años podrán, por primera vez, desde que se decretó el estado de alarma y las consiguientes limitaciones de movilidad, abandonar el confinamiento y dejarse 'bañar' por los rayos del sol. Lo tendrán que hacer, sin embargo, con restricciones.
Siempre deberán ir acompañados por un adulto, podrán salir solo una hora al día y no podrán alejarse de su domicilio más de un kilómetro. Los menores podrán montar en bicicleta, llevar patinetes o pelotas, pero no jugar con otros niños con los que no convivan ni acudir a los parques infantiles. No tendrán la obligación de llevar mascarillas, una medida de protección que el Gobierno recomienda pero no impone, al igual que ocurre con la higiene de manos antes de salir de casa y al regresar al domicilio. El incumplimiento de estas limitaciones conllevará una sanción, según recuerdan fuentes del Ministerio del Interior.
Las mismas fuentes aseguran que los agentes de la Policía Nacional, de la Guardia Civil y de los cuerpos de seguridad locales vigilarán que adultos y menores respetan estas restricciones en todo momento. Para hacerlo, añaden, llevarán a cabo "acciones policiales básicas", no ejecutarán ningún plan específico ni nada fuera de lo que habitualmente hacen o han hecho durante todos los días del estado de alarma. Este tiempo, se han dedicado a supervisar que los ciudadanos solo salían de sus domicilios para trabajar, ir a la compra u otras actividades permitidas. Su actuación ha llevado a ver en televisión escenas protagonizadas por agentes que persiguen a un hombre corriendo por la playa o que paran a un ciudadano que pedalea en su bicicleta.
A partir de ahora, prosiguen, el trabajo será el mismo solo que ampliado a un espectro más amplio. "Interior dará instrucciones concretas a policías y guardias civiles, pero en cualquier caso estas pasarán por la ejecución de una acción policial básica", aseguran desde el departamento dirigido por Fernando Grande-Marlaska. "No habrá un policía en cada calle para vigilar que se cumplen las limitaciones, porque esto no es un estado policial", explican las mismas fuentes, que recuerdan que en todo momento la labor de los agentes será "proporcionada". "Si pillan a alguien incumpliendo la normativa, le propondrán para una sanción", remarcan desde Interior las fuentes consultadas, que no tienen muy claro sin embargo cómo harán los funcionarios de las diferentes corporaciones para vigilar que padres e hijos respetan las limitaciones.

"La Policía y la Guardia Civil tienen sus métodos", aseguran. "Saben cómo comprobar si alguien incumple, miran el reloj si ven a alguien una vez, vuelven a mirarlo si lo ven de nuevo al rato", explican. No se tratará de una vigilancia exhaustiva, por lo tanto, como de una supervisión que tendrá la finalidad de evitar abusos claros por parte de quienes quieran utilizar la apertura de restricciones para aprovecharse de una situación que los pediatras, pedagogos y expertos comenzaban a denunciar como necesaria para los pequeños.
Las sanciones del estado de alarma se cuenta por cientos de miles pero, según los juristas, muchas de ellas están abocadas al fracaso. La Abogacía del Estado no comparte el criterio de Interior sobre qué se considera desobediencia y además las delegaciones del Gobierno no están preparadas para manejar ese volumen de papeleo.
La medida no ha sido fácil de concretar por parte del Gobierno, que tuvo que rectificar su decisión inicial de permitir que los niños salieran únicamente para acompañar a los padres a la compra. La iniciativa primaria sorprendió a la sociedad, que observó más peligro en los supermercados o en las farmacias tanto para los pequeños como para los mayores, ya que ahí podían ser fuente de contagio, que en las calles, carriles bici, avenidas o campo al que muchos niños pueden acceder a escasos metros de su domicilio. De ahí que apenas dos días después de anunciarla, el ejecutivo echara marcha atrás, replanteara los términos de la apertura y permitiera a los niños salir con patinetes y bicis a hacer deporte con las limitaciones señaladas.
EL CONFIDENCIAL, Domingo 26 de abril de 2020

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