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¿Qué es el síndrome de Kawasaki? La enfermedad es la primera causa de cardiopatía adquirida en niños

CRISTINA G.LUCIO
Descubierta en 1967 por un científico japonés que le dio su nombre, la enfermedad de Kawasaki sigue siendo una gran desconocida para la comunidad médica. Es la primera causa de cardiopatía adquirida en niños, y es difícil de diagnosticar, ya que de forma silente puede provocar aneurismas en las arterias que riegan el corazón y, en último extremo, una insuficiencia cardiaca o incluso la muerte.
Esta enfermedad poco frecuente provoca la inflamación de los vasos sanguíneos de pequeño y medio calibre. El mayor riesgo del trastorno es que puede producir complicaciones cardiovasculares graves -como aneurismas- e incluso la muerte si no se trata a tiempo. El diagnóstico precoz, por lo tanto, es fundamental para evitar secuelas cardiacas.
Desde su descubrimiento, varios equipos han intentado conocer qué provoca la enfermedad. "Hemos visto que lo que lo desencadena es la inhalación de partículas, que puede ser toxinas y probablemente estén relacionadas con el patógeno Candida, que viajan por el aire y provocan una reacción inmune exacerbada", explicaba en 2014 a EL MUNDO Xavier Rodó, principal firmante del trabajo publicado por Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). La investigación no descarta el papel que podría cumplir una determinada predisposición genética en la aparición de la enfermedad.

SÍNTOMAS DEL SÍNDROME DE KAWASAKI

La enfermedad se desencadena en niños menores de cinco años y generalmente se inicia con fiebre alta que no desaparece. De hecho, una fiebre que dure por lo menos cinco días ha de hace pensar en el trastorno. Otros síntomas habituales son conjuntivitis no supurativa, edemas en las extremidades, cambios en la mucosa bucal, erupciones cutáneas sin apariencia de ampollas, inflamación de los ganglios linfáticos o descamación en manos, pies y área genital, entre otros signos.

TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE KAWASAKI

Una vez diagnosticado el problema, el tratamiento ha de ser inmediato para evitar el daño en las arterias coronarias y el corazón. El tratamiento estándar es la gammaglobulina intravenosa a dosis altas. A menudo, junto a la gammaglobulina intravenosa se administra ácido acetilsalicílico.
La mayoría de los niños se recupera por completo si la enfermedad se detecta y se trata a tiempo, aunque deben realizarse ecocardiografías periódicamente para comprobar la evolución.
EL MUNDO, Miércoles 29 de abril de 2020

Comentarios

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    Una vez diagnosticado el problema, el tratamiento ha de ser inmediato para evitar el daño en las arterias coronarias y el corazón. El tratamiento estándar es la gammaglobulina intravenosa a dosis altas. A menudo, junto a la gammaglobulina intravenosa se administra ácido acetilsalicílico.

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