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Poner límites en la situación de confinamiento: ¿debemos ser más laxos?

CARLOTA FOMINAYA
En estos días de confinamiento en los que, tanto padres como hijos se encuentran en casa, surgen dudas acerca de cómo actuar con ellos. ¿Hay que poner límites o ser permisivos en esta situación? Según Victoria Jariego, psicóloga del Centro TAP, «quienes educamos contamos con una formulación que nos puede resultar facilitadora: se trata de la disciplina positiva, que es una metodología de enseñanza cuyo criterio principal es “amabilidad y firmeza al mismo tiempo”». Se ha demostrado en numerosos estudios, prosigue Jariego, «que poner límites es fundamental en la educación, ya que facilitan la interiorización de normas, el desarrollo de autocontrol, la resolución de problemas, la detección de fallos y la tolerancia a la frustración».
Es posible, asegura esta experta del Centro TAP, «marcar límites desde el cariño y la confianza para conseguir responsabilidad y colaboración a largo plazo, a la vez que se muestra respeto por los niños». Por tanto, partiendo de este concepto, continua esta psicóloga, «podemos afirmar que en esta situación de confinamiento también son necesarios los límites para ayudarles a regular comportamiento, aumentar su flexibilidad y adaptabilidad, teniendo en cuenta que, al encontrarnos en una situación excepcional es importante valorar sus necesidades en cada momento y flexibilizar siempre que sea necesario». 

¿Cómo podemos hacerlo? Estas son las recomendaciones de Jariego, experta en el ámbito de la intervención clínica con población infantil y juvenil e intervención con familias:

-Pon el límite la primera vez que observes un comportamiento que consideres que no es adecuado.

-Mantén el límite cada vez que se repita la situación, le ayudará a entender qué tiene que realizar.

-Forma equipo con tu pareja, es fundamental que ambos estéis de acuerdo en qué normas son importantes para el desarrollo del niño.

-Transmite el límite con tranquilidad, si gritas o te percibe nervioso se activa una parte del cerebro que dificulta a los niños escuchar, entender o aprender lo que estás intentado decirle.

-Busca soluciones en lugar de culpables. Al actuar desde el enfado o la frustración puedes buscar quién ha incumplido la norma en lugar de ofrecer alternativas para que no vuelva a ocurrir. Para ello puedes esperar un momento a que tu enfado disminuya, plantear un juego o actividad agradable, como una cena que les guste y, mientras tanto, plantear qué ha ocurrido y cómo podéis hacer en otras ocasiones.

-Concibe los errores como oportunidades para aprender, desde esta perspectiva es más fácil responsabilizarse de un error que si se considera como algo malo. Para que los niños desarrollen esta idea es importante que tú también lo hagas, siendo así un modelo a seguir.

Una de las herramientas que nos ofrece la disciplina positiva son «Las tres R para reparar errores»:

1. Reconocimiento: «¡Me he confundido!”», «He cometido un error».

2. Reconciliación: «Disculpa», «Lo siento».

3. Resolución: «Vamos a pensar juntos una solución».

-Dale varias oportunidades y a ti también. Cundo pones un límite y no lo cumplen es normal que sientas frustración, esto puede hacer que tu reacción tampoco vaya en la línea que querías. Por tanto, es importante aceptar que durante el proceso de aprendizaje cometeréis errores y habrá repetidas oportunidades para aprender.

-Concédele el beneficio de la duda, en general, los niños/as quieren obtener buenos resultados, pero no tienen las herramientas ni madurez necesaria para hacerlo. Si tu actitud es de acompañamiento será más eficaz al percibir que los quieres incondicionalmente. Por ejemplo: “Sé que quieres que te vaya bien, ¿cómo puedo ayudarte?”.

-Encuentra lo positivo de una situación, para que colaboren y confíen en ti es importante que le expreses que comprendes sus sentimientos, muestres empatía, compartas tus emociones y le invites buscar una solución.

En estos difíciles momentos, concluye esta psicóloga, «busquemos la parte positiva del confinamiento, puede ser un buen momento para afianzar ciertas normas, flexibilizar teniendo en cuenta las circunstancias actuales, fomentar la comunicación, jugar, divertiros en familia y, en definitiva, fortalecer el vínculo entre vosotros».

ABC, Domingo 12 de abril de 2020

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