Ir al contenido principal

Por qué deberíamos cultivar más el optimismo

OLALLA URIARTE
La actitud con la que nos enfrentamos a nuestro día a día es clave no sólo para sobrellevar nuestros problemas cotidianos sino también para mantener nuestro bienestar emocional. Por ello, y muy especialmente en esta etapa de confinamiento, es importante que aprendamos a ser más optimistas.
"Todos a nuestro alrededor tenemos problemas más o menos graves, incluso dificultades que de inicio pueden parecer insalvables, pero la manera en cómo nos enfrentamos a ellos muchas veces diferencia al ganador del perdedor, al disfrutón del que vive en la apatía y la tristeza constante", comenta Patricia Ramírez, psicóloga y autora del libro 'Estrena optimismo'. Es decir, no es que el optismista no tenga dificultades en su vida, o que esté agraciado con un golpe de suerte, sino que "tiene la capacidad de separar el polvo de la paja, de juzgar las cosas en su aspecto más positivo o favorable", lo que a la larga es una de las claves de la felicidad.
Esta actitud ante la vida se basa en la búsqueda constante de soluciones a los problemas, en vez de en contemplar y recrearse sólo en las puertas que se cierran. "El optimista invierte esfuerzo y trabajo en algo que cree que puede tener salida y tiene algo muy importante: esperanza, lo que le da ánimo y motivación para seguir intentándolo", afirma Ramírez. Y esto no es sólo importante para los conflictos relacionados con uno mismo, sino también con nuestro entorno, especialmente ahora que pasamos tanto tiempo juntos. Y es que "una actitud positiva, además de mejorar nuestro ánimo, nos permite una convivencia más relajada con los nuestros y evita el negativismo y la apatía".
Eso sí, en estas complicadas semanas podemos notar que las situaciones a veces nos superan y que no es muy difícil mantenernos positivos, por ello es importante que nos estimulen y motiven también desde fuera del hogar, como por ejemplo pueden hacer las empresas con sus trabajadores. "Si eres de las empresas que pueden teletrabajar, es importante cuidar la salud mental de tus trabajadores con herramientas como los webinars, en los que estoy participando ahora mucho, que les ayudan a afrontar psicológicamente esta situación y mejorar su equilibrio emocional". Por ello, muchas han lanzado distintas campañas a nivel no sólo externo, sino también interno, con el objetivo de reforzar la actitud optismista que tanto puede ayudarnos en estos días.

#OPTIMISMOZURICH: UN IMPULSO POSITIVO

Una de las compañías que desde el primer momento quiso centrar sus acciones en esta actitud favorable fue Zurich. Y es que desde los primeros días la aseguradora "apostó por trabajar el sentimiento de unidad y positividad a través del programa de bienestar y conciliación destinado a los más de 2000 trabajadores en España". Un proyecto que en esta ocasión quería mandar con sus acciones un mensaje muy claro, "de ésta salimos juntos, remando en la misma dirección con una actitud positiva".
Para ello decidieron lanzar una serie de iniciativas para ayudar a sus trabajadores a vivir de forma positiva, divertida y saludable estas semanas de confinamiento. "Concursos y retos en la red social interna (WorkPlace by Facebook), pasando por la acción de "En casa pero con estilo" sobre la vestimenta en el hogar, las clases diarias de fitness y relajación en familia, o las clases gratuitas de inglés para todos los hijos de empleados son sólo algunas de las que hemos puesto en marcha con excelente respuesta por parte de los empleados", nos comentan. Una serie de acciones que ayudan a sobrellevar la situación con una sonrisa, a la que se suma el servicio de salud emocional que han puesto a disposición tanto del trabajador como de sus familiares.
Y esto es sólo un ejemplo de las iniciativas, tanto particulares como empresariales, que tienen el positivismo como punto central de su actuación. Y es que con una actitud positiva conseguiremos que nuestra vida tanto personal como laboral sea mucho más llevadera y amena durante esta cuarentena.
EL MUNDO, Martes 14 de abril de 2020
Imágenes: El Mundo

Comentarios

Entradas populares de este blog

«Los buenos modales no están de moda, pero es imprescindible recuperarlos»

FERNANDO CONDE Hoy en día es frecuente enterarte por los medios de noticias relacionadas con la falta de respeto, el maltrato, el acoso, etc. Podemos observar muchas veces la ausencia de un trato adecuado a los ancianos, la agresividad incontrolable de algunos hinchas de fútbol; la poca estima a la diversidad de opiniones; la destrucción del medio ambiente; el destrozo del mobiliario urbano y un largo etcétera que conviene no seguir enumerando para no caer en el pesimismo que no conduce a nada y el problema seguirá ahí. Un problema que podríamos resumir en que se ha ido perdiendo el valor de la dignidad humana en general. Los modos para alcanzar la felicidad, siempre deseada, se apartan de las reglas y normas de conducta más elementales de convivencia colectiva que han acumulado las culturas y los pueblos a través de los siglos. La idea de que «la dignidad empieza por las formas» que resume este artículo es una afirmación bastante cierta, porque la forma, no pocas veces arrastr

Qué le pasa a tu bebé cuando dejas que llore sin parar

  GINA LOUISA METZLER Muchos padres creen que es útil dejar llorar a su bebé. La sabiduría popular dice que unos minutos de llanto no le hacen daño, sino que le ayudan a calmarse y a coger sueño. Se trata de la técnica de la espera progresiva , que fue desarrollada por el doctor Richard Ferber, neurólogo y pediatra de la Universidad de Harvard en el hospital infantil de Boston (Estados Unidos) , y que sigue utilizándose en la actualidad en todo el mundo. Casi nadie sabe en realidad lo que ocurre a los bebés cuando siguen llorando, pero las consecuencias físicas y psíquicas podrían afectarles toda su vida. Cuando un bebé llora sin que sus padres lo consuelen, aumenta su nivel de estrés , ya que, a través de su llanto, quiere expresar algo, ya sea hambre, dolor o incluso necesidad de com

¿Qué hay detrás de las mentiras de un niño?

ISABEL SERRANO ROSA Los niños no son mentirosos, pero mienten . Lo hacen cuando tienen algo que decir o que aprender. Hasta los cuatro años, con sus historietas sorprendentes, quieren narrarnos su mundo de fantasía. Somos la pantalla en la que proyectar su película. Entre los cuatro y los siete años construyen su mini manual de moralidad con ideas muy sencillas sobre lo que está bien y mal, basado en sus experiencias "permitido o no permitido " en casa y en el colegio. Con su gran imaginación, las mentiras son globos sonda para saber hasta dónde pueden llegar. Entre los ocho y los 12 años la realidad se abre camino y la fantasía se vuelve más interesada.  El pequeño pillo de nueve años desea ser bueno, pero se le escapan las trolas por el deseo de gustar a los demás, ocultar alguna debilidad o evitar castigos. En general, mienten a sus crédulos coetáneos o, por el contrario, les escupen a la cara alguno de sus descubrimientos del trabajo de campo que significa crecer.