RUBEN RODRÍGUEZ
El coronavirus continúa
generando muchas dudas. La ya considerada como gran pandemia del siglo XXI contiene
tantos interrogantes que, en muchas ocasiones, hacen realmente difícil entender
cuál es la mejor manera de tratar de frenar la propagación del virus. Es
bastante común ver cómo, cada día, aparecen informaciones que matizan hechos
que creíamos conocer del virus e,
incluso, que contradicen algunos axiomas del covid-19, algo
que no facilita la labor de contención.
Prácticamente desde el comienzo de la pandemia a nivel mundial, buena parte de los países del mundo entendieron que el confinamiento era la principal vía para conseguir evitar la propagación del virus. Detener el contacto social era básico pues, a falta de remedio o de vacuna, era la única manera de frenar el contagio, sobre todo porque en muchos casos el peligro no estaba en aquellos ya enfermos, sino en los presintomáticos (enfermos, pero aún sin síntomas) y en los asintomáticos (sin síntomas y que nunca enfermaron, pero que tenían anticuerpos). Pues, ahora, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha asegurado que esto podría no ser así, aunque luego ha matizado que se refería a algunos estudios y que fue un "malentendido" que se considerara como una posición dentro de la institución.
Desde el comienzo de
la pandemia, los expertos tenían claro que, una vez que el virus llegó a
nuestra especie, el contacto social era el vector de
contagio principal, por lo que era necesario el confinamiento. Esa
razón principal radicaba en que no solo los enfermos con síntomas evidentes
eran capaces de transmitirlo, sino que aquellos que no mostraban externamente
ningún tipo de patología, ya fueran presintomáticos o asintomáticos, también lo transmitían sin saberlo. O eso creíamos.
Ha sido este lunes
cuando la OMS, en rueda de prensa, ha asegurado que esa situación podría no ser
así. De hecho, algunos de los principales virólogos de la Organización Mundial
de la Salud consideran que el contagio puede no
producirse tal y como creíamos. Y es que sugieren que las personas asintomáticas podrían no contagiar al resto de seres
humanos. Al menos, así lo creen de momento en base a algunos
estudios que tienen en su poder.
Maria van Kerkhove, jefa de la unidad de
zoonosis y enfermedades emergentes de la OMS, aseguró en una rueda de prensa
realizada en la sede de las Naciones Unidas que este grupo
de población podría no suponer ningún peligro para el resto: "A partir de los datos que tenemos, todavía parece muy raro que una
persona asintomática realmente pueda transmitir el virus a un individuo secundario",
afirmó. Pero poco después, tal y como recoge The New York Times, ha precisado
que fue un malentendido y que respondía a una pregunta concreta: "No
estaba afirmando un posicionamiento de la OMS o nada por el estilo. Es una
pregunta muy amplia y que sigue abierta".
En su opinión, las principales políticas que deberían llevar a cabo los gobiernos a nivel mundial deberían de estar basadas en la detección y aislamiento de personas infectadas de covid-19 que están mostrando síntomas, los que consideran como principal vía de expansión del virus. De igual manera, consideran que los presintomáticos pueden suponer un riesgo similar, mientras que en opinión de la OMS no existen datos científicos suficientes para considerar que los asintomáticos también sean transmisores del virus.
La OMS asegura que
seguirá investigando y realizando estudios al respecto para tratar de llegar a
la conclusión real sobre qué ocurre con este grupo de personas, pero consideran
que, a día de hoy, los datos obtenidos de los diferentes estudios no pueden
sugerir que sean un vector de contagio. Esta declaración contradice un reciente
estudio de los CDC norteamericanos, que aseguraban en un informe
publicado el pasado 1 de abril que existía una "potencial transmisión
presintomática".
De hecho, esa era la
principal preocupación con respecto al virus. Socialmente, era fácil conseguir
alejarse de alguien enfermo, ya que los síntomas eran visibles, pero en el caso
de los presintomáticos o asintomáticos, al no mostrar nada de cara al exterior,
provocaban que no supiéramos si habíamos estado expuestos al
virus a simple vista. Muchos expertos consideraban que los
asintomáticos eran el gran peligro de expansión del virus pero, ahora, la OMS
lo niega: aseguran que no existen datos para poder llegar a la conclusión de
que son un grupo de contagio.
EL CONFIDENCIAL, 9 de junio de 2020
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