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7 alimentos que debes evitar cuando suben las temperaturas

LAURA CONDE

Ha llegado el momento del año en que suben las temperaturas, y son muchas las personas que sufren las consecuencias en mayor o menor medida y de diversas maneras. Según un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), publicado en la revista Nature Communications, las muertes por afecciones respiratorias atribuidas a las temperaturas han pasado a producirse de manera mayoritaria durante los meses de más calor, cuando antes se daban mayoritariamente en invierno. Otro estudio, en esta ocasión elaborado por la Universidad de Georgia, en Estados Unidos, señala que los días calurosos aumentan la probabilidad de informar sobre una mala salud mental entre la población adulta de Estados Unidos. 

Así pues, los efectos del calor sobre la salud, el comportamiento y el estado de ánimo son variados. Un estudio realizado en Estados Unidos por las universidades de Harvard, UCLA y Georgia señala que el calor afecta al rendimiento de los estudiantes, ya que dificulta la concentración y aumenta la agitación entre el alumnado. Estos cambios se empiezan a dar ya cuando la temperatura sube de 21ºC, se aceleran a partir de los 32ºC y se hacen evidentes por encima de los 38ºC.

El aumento de las temperaturas a nivel global continúa, además, disparado, y todo indica que seguirán aumentando si no se toman medidas drásticas con urgencia. Así lo señala una investigación de la Universidad de Valladolid, que señala que en 2050 las temperaturas habrán aumentado entre 3ºC y 4ºC respecto a la época preindustrial, incluso en el más optimista de los escenarios.

Para contrarrestar los efectos del calor, es importante llevar una dieta adecuada destinada, además, a proteger nuestra salud y tratar de frenar el impacto de las altas temperaturas sobre el organismo. Buscar sitios frescos, evitar salir en las horas de más calor y tratar de que las altas temperaturas no afecten a la calidad del sueño son, además, otros pasos a seguir durante los meses que vienen. En cuanto a la dieta, es importante tanto evitar algunos alimentos como tomar otros con mucha moderación, pues podrían agravar los efectos del calor sobre nuestro organismo.

1Café

Tanto el café como las bebidas con cafeína son diuréticas y suben la temperatura corporal, de manera que si el calor nos afecta debemos consumirlas con moderación. “Cualquier alimento que suba la temperatura corporal nos hará acusar más los efectos del calor”, señala la nutricionista Paloma Quintana. Una revisión de investigaciones publicada en la revista Nutrition Reviews señala que la temperatura a la que consumimos los líquidos –en este caso el café– no afecta ni a la salud ni a la digestión, aunque sí puede influir en las propiedades organolépticas del café, que cambian completamente –los puristas dirán que a peor– al añadirle agua.

2Bebidas energéticas

Deberían quedar totalmente prohibidas, tanto en verano como en cualquier otro momento del año, las bebidas energéticas con cafeína. Según la coach nutricional Susana León, estas “llevan grandes cantidades de azúcar y además contienen sustancias excitantes que pueden provocar alteraciones en la función del corazón, como palpitaciones”, que pueden afectar, entre otras cosas, a la calidad del sueño. Un reciente estudio realizado por la Universidad de Austin (Texas), en Estados Unidos, publicado en la revista Sleep Medicine Reviews señala que para dormir bien en plena ola de calor una buena opción es darse una ducha bien caliente justo antes de acostarse. La investigación ha demostrado que el contraste de la temperatura corporal con el exterior reduce la sensación de sofoco y hace que el cuerpo suba unos grados su temperatura al estar bajo el agua, de manera que al salir, por el contraste con los grados del exterior, la temperatura corporal disminuye y resulta más fácil conciliar el sueño.

3Infusiones diuréticas

Es habitual en estas fechas que muchas personas tomen infusiones diuréticas, como la cola de caballo o el diente de león, para combatir la retención de líquidos. “Es un error, puesto que este tipo de infusiones, como también ocurre en menor medida con el café o el té, al ser muy diuréticas favorecen la deshidratación, cosa que puede resultar un problema”, explica Quintana. La nutricionista recuerda que muchas personas las toman en forma de suplemento, algo nada aconsejable si no es bajo prescripción médica teniendo en cuenta que “además de eliminar líquidos, estos suplementos pueden ocasionar que nos baje la tensión y, si abusamos de ellos, dar lugar a la pérdida de vitaminas hidrosolubles. Si además de tomar estos suplementos estamos malcomiendo, es muy probable que acabemos teniendo una deficiencia nutricional”. Lo mejor es, según la nutricionista, no obsesionarse con la hidratación y con los famosos dos litros de agua diarios que supuestamente debemos beber, puesto que “si nuestra orina presenta una coloración constante y normal querrá decir que nos estamos hidratando correctamente”.

4Picante

“El picante incrementa la temperatura corporal, de manera que nos hará sentir más acalorados cuando suben los termómetros”, señala Quintana. Picantes como la pimienta, la cayena o el tabasco contienen una sustancia llamada capsaicina, que provoca una sensación de ardor que activa de forma inmediata los mecanismos del cerebro que alertan de un aumento de la temperatura corporal y provocan, entre otras cosas, que sudemos más. Ocurre algo parecido con las comidas excesivamente grasas y con aquellas hipercalóricas, que nos harán gastar gran cantidad de energía para digerirlas. No ocurre lo mismo, sin embargo, “con sopas, bebidas o cremas calientes, ya que no existen estudios concluyentes que demuestren que estas aumentan la sudoración”, explica el nutricionista Álvaro Sánchez.

5Alcohol

El alcohol es otro falso amigo de las altas temperaturas, puesto que en muchas ocasiones el cuerpo nos pide una caña fresquita que acabará siendo contraproducente. Esto se debe a que el cuerpo reacciona de inmediato al consumo de alcohol, y comienza a trabajar para eliminarlo a través del hígado, la orina y el sudor, lo que puede dar lugar a un exceso de sudoración nocturna que puede dificultar el descanso. Para evitar la deshidratación que provoca el exceso de sudor, la nutricionista de FullMusculo, Encarni Pérez, recomienda “ingerir alcohol siempre de forma simultánea al consumo de agua, en las mismas cantidades”, aunque lo ideal sería, según la experta, evitar por completo su consumo.

6Embutido

Quesos, patés, embutidos y otros alimentos especialmente grasos no son buenos compañeros de viaje cuando suben las temperaturas. “Tanto el queso como los embutidos o las frituras de cualquier tipo dificultan el proceso digestivo e incrementan la temperatura corporal”, recuerda Sánchez, quien apuesta por repartir las tomas a lo largo del día y apostar por las comidas ligeras. En el caso del queso, conviene evitar aquellos estilo sandwich, que en palabras de León, “pueden contener, además de almidón y féculas, unas cantidades altísimas de grasas saturadas, que pueden alcanzar los 20 g”. De hecho, una investigación publicada en la revista Circulation señala que las altas temperaturas –cuando se alcanza una media diaria de 43ºC– pueden hacer que las muertes por enfermedad cardiovascular se dupliquen o incluso tripliquen. Por tanto, en esta época del año es especialmente conveniente evitar los alimentos con grasas de mala calidad y apostar por las grasas procedentes del aceite de oliva, el aguacate o los frutos secos.

7Helados industriales

Suelen contener, en líneas generales, grandes cantidades de grasas hidrogenadas y azúcar, ya que necesitan compuestos que les aporten esa cremosidad característica”, recuerda Quintana. Además de que estas grasas son perjudiciales para la salud, son también difíciles de digerir, de manera que su consumo puede dificultar la digestión y aumentar la sudoración y el malestar cuando suben los termómetros. Por este motivo, Quintana recomienda preparar helados y polos en casa. “Son preparaciones que no tiene ningún sentido comprar fuera, puesto que prepararlas en casa es sencillo y práctico: basta con mezclar un par de frutas con café en polvo y hielo picado en la trituradora para tener un granizado, o combinar plátano, que hará que los helados nos queden cremosos, con onzas de chocolate, mango o melocotón, o incluso con yogur natural para que sean más proteicos”. La experta insta a desconfiar incluso de los helados artesanos, que si bien son mucho más sanos que los industriales al elaborarse con ingredientes naturales, “suelen tener mucho azúcar, que debemos evitar”.

 LA VANGUARDIA, Lunes 29 de junio de 2020


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