FRAN SÁNCHEZ BECERRIL
Cuando las provincias fueron alcanzado
la fase 1 de las desescalada, los primeros clientes ávidos de socializar se lanzaron a las terrazas de los bares como hienas a
por sus presas. Y no es de extrañar, hacía buen tiempo y todo el mundo tenía
ganas de ‘normalidad’ después de meses encerrados.
Las semanas han ido pasando, las
restricciones disminuyendo y los encuentros con familiares y
amigos aumentando exponencialmente. Por fin ha acabado el
estado de alarma, pero eso no significa que el covid-19 haya
desaparecido y no debemos bajar la guardia;
especialmente cuando nos reunamos con nuestros seres queridos.
Para el médico de atención
primaria Vicente Baos “se puede observar una relajación de las medidas de seguridad muy clara entre
conocidos”. “Mucha gente considera que por ser familia o amigos, y
aparentemente estar sanos, la posibilidad de transmisión es casi nula; y esto
es un grave error”. “Aunque tu amigo esté bien en ese momento, desconoces con
quién ha estado en los últimos 15 días”, apunta a El Confidencial el doctor,
que también es autor del blog de divulgación 'El Supositorio'.
“Sigue habiendo incertidumbre
epidemiológica sobre cómo aparece el virus y eso nos obliga a seguir
manteniendo la guardia relativamente alta ante el covid-19”, apunta el
especialista. Por ello, no debemos descuidar las medidas en
ningún momento, ni siquiera en los festivos. La distancia de seguridad, la higiene y la mascarilla no deben
olvidarse aunque la situación sea más relajada.
Evita grupos grandes y
espacios cerrados
Un estudio de la Escuela de Higiene y
Medicina Tropical de Londres señala que es más probable contagiarse en
espacios interiores. Sobre todo en hospitales y centros de atención
a personas mayores en toda Europa, pero también hogares, ceremonias religiosas,
cruceros, empresas o centros comerciales.
Asimismo investigadores chinos demostraron
que las casas, seguidas de los medios de transporte,
fueron los principales focos de infección entre enero y
febrero en ese país. También hicieron referencia a centros comerciales.
Terrazas sí, pero con
cuidado
“Lo de las terrazas es escandaloso. Ni distancia social, ni mascarilla, pero si besos y abrazos”, apunta el médico. “Especialmente entre los jóvenes; y es que existe una brecha generacional inmensa. Hay jóvenes que se sienten inmunes, como si no fuese con ellos, pero lo cierto es que ellos pueden ser vectores de transmisión”, cuenta. “Ves ancianos asustados con mascarillas, gente de mediana edad en donde hay un poco de todo y la gente joven no suele cumplir las normas más mínima”, especialmente cuando se trata de actos sociales.
Pero lo cierto es que por mucho que
estemos en una terraza al aire libre “no estamos a salvo”.
Sigue siendo necesario mantener la distancia física, llevar
mascarillas y evitar las conversaciones muy cerca los unos de
los otros.
Y sí, la mascarilla hay que llevarla
la mayor parte del tiempo. No vale con llegar a la mesa, sentarse y
desprenderse de ella, porque la gente con la que estamos podrían transmitirnos
el covid-19. “La mascarilla debe estar puesta el 99% del tiempo; y se debe
quitar lo justo y necesario para ingerir alimentos. El resto de la conversación
debe ser con ella puesta”, apunta el experto. Si no, todos los esfuerzos de
distancia con otras mesas o
higiene por parte de los camareros podrían ser en vano.
“La transmisión del coronavirus solo se bloquea si todo el mundo lo hace bien”,
destaca.
Fiestas en casas
Las fiestas en casas ya han costado más de un
susto en España en lo que llevamos de desescalada. Este
tipo de encuentros son el caldo de cultivo perfecto para
que se produzca un brote de covid-19: espacio cerrado, grupo numeroso de
personas, contacto cercano, poca ventilación...
Por ello, cuando vivamos este tipo de
encuentros no debemos olvidar seguir las medidas de seguridad e
intentar estar en un espacio bien ventilado; ya que con una buen renovación del
aire y las recomendaciones sanitarias se reduce el riesgo.
EL CONFIDENCIAL, Martes 23 de junio de 2020
Comentarios
Publicar un comentario