ESTHER S. SIETEIGLESIAS
La
mayoría de países de la Unión Europea y del espacio Schengen han
abierto esta semana sus fronteras después de tres meses. El presidente del
Gobierno, Pedro Sánchez, finalmente ha accedido a las presiones comunitarias
y España reabrirá fronteras internas,
salvo con Portugal, a partir del 21 de junio. Ante este nuevo
trasiego de visitantes, preguntamos a Pedro Simas, virólogo del Instituto de
Medicina Molecular y de la Universidad de Lisboa, sobre las consecuencias para
El virólogo reconoce que “el
SARS-CoV-2 se ha propagado ahora en todas partes del mundo”.
Simas
quiere remarcar que “los confinamientos funcionan para rebajar las
transmisiones humano a humano de este virus respiratorio. Cada
ciudad o país en el mundo que ha adoptado confinamientos, a pesar de sus
diferencias geográficas, urbanísticas y culturales, ha reducido el número
diario de nuevas infecciones virales a niveles basales, independientemente del
tamaño de la primera ola".
En opinión del científico, “la estrategia
de los confinamientos, aun así, no elimina el virus”. A excepción de unas pocas
situaciones relacionadas con el factor geográfico de que se traten de islas.
Como
explica Simas, “la inmunidad de rebaño a la infección de SARS-Cov-2 es
muy baja de acuerdo con los primeros estudios serológicos. Probablemente
alrededor de un 2-3% como mucho. Esto efectivamente deja a la población
mundial ser susceptible al contagio”.
En
este sentido, el científico reconoce que “al virus propagado por todas
partes, combinado con que la población mundial es susceptible a la infección,
hace que el potencial de la pandemia esté, ahora mismo, más alto que
nunca”.
Eso
sí, Simas indica que “la arrolladora mayoría de las infecciones del
SARS-Cov-2 tienen consecuencias clínicas leves o no tienen. Las graves
enfermedades y la mortalidad ocurren en un muy definido grupo de alto riesgo,
que incluye a la gente severamente debilitada por su edad y otras condiciones
médicas graves no relacionadas con la edad”.
El
virólogo hace hincapie en que ha quedado constancia que “desde la emergencia
hasta el control de las primeras olas, se ha hecho evidente que es muy
difícil proteger a los grupos de alto riesgo, especialmente en las residencias
de ancianos”.
“El aumento del movimiento humano
conducirá inevitablemente a un aumento de la diseminación del virus. El nivel
de diseminación del virus dependerá principalmente del comportamiento de las
personas, incluso cuando se mitigue con herramientas científicas como los test
y el uso de mascarillas”, asevera Simas.
Es muy difícil controlar el comportamiento
de la sociedad. Por lo tanto, se debe poner énfasis en proteger directamente a
los grupos de alto riesgo. El nivel de transmisión de virus aceptable que la
sociedad tolerará dependerá de cuán eficaces estén protegidos los grupos de
alto riesgo.
Si se protegen los grupos de alto riesgo,
es deseable un alto nivel de transmisión del virus natural, ya que contribuirá
a la más que necesaria construcción de la inmunidad del rebaño. El SARS-CoV-2
puede ser una solución para desarrollar la inmunidad de rebaño ya que, hasta
ahora, es genéticamente estable y está atenuado.
En conclusión, Pedro Simas reconoce que
“solo la inmunidad de rebaño, ya sea a través de infecciones naturales o una
vacuna efectiva, resolverá la pandemia”.
La UE ha presionado para abrir las
fronteras internas ya este pasado lunes. ¿No es demasiado temprano con respecto
a las curvas epidemiológicas y las infecciones en algunos países de la UE?
Todos los países de la UE que han tomado
estrategias de confinamientos han aplanado la curva de las nuevas infecciones
diarias a niveles muy bajos. Ahora es el momento de volver gradualmente a la
normalidad protegiendo a los grupos de alto riesgo. ¿Por qué? Debido a que el
virus no va a desaparecer, necesitamos desarrollar inmunidad de rebaño y
debemos trabajar en ello.
¿Cree
que es posible un pasaporte de inmunidad dentro
de la UE?
Sí, porque soy virólogo/científico y la
sociedad debe utilizar el conocimiento científico para proteger y no
discriminar. Por el bien común. Conocer el estado inmune de las personas
ayudará a proteger a los grupos de alto riesgo y permitirá a la sociedad volver
a la normalidad.
Parece
que en julio las autoridades europeas
quieren abrir las fronteras externas con el resto de los países del mundo.
¿Deberían vetarse algunos países o residentes de algunas ciudades? ¿Cuál sería
una buena forma de hacer restricciones? ¿El número de contagiosos por día y por
100.000 habitantes?
Es una pregunta difícil de responder
porque depende de muchos factores. El objetivo es desarrollar inmunidad de
rebaño. Una vez que un país o región geográfica lo alcanza, esos problemas ya
no son relevantes.
¿Qué medidas deben tomarse una vez que
lleguen al aeropuerto? ¿Y, por ejemplo, en automóvil desde España a Portugal?
Nuevamente, esta es una pregunta muy
difícil para un virólogo. Y nuevamente, depende de cuán protegidos
estén los grupos de alto riesgo. El nivel de contagio por día dependerá de
cuán protegidos estén los grupos de alto riesgo. Incluso puede ser deseable un
alto nivel de nuevas infecciones en ciertas condiciones.
¿El turismo y los viajes traerán un
segundo brote?
Tendremos
una segunda ola independientemente del turismo y los viajes. La magnitud de contagios por día dependerá de las
medidas adoptadas. La magnitud del problema dependerá de la efectividad
de la protección a los grupos de alto riesgo. Para mí, el mejor resultado
sería máximas infecciones con mínimas enfermedades graves y muertes. Por qué,
porque significaría que la sociedad está activa y se está construyendo
la inmunidad colectiva, por lo tanto, estamos resolviendo rápidamente la
pandemia.
LA RAZÓN, Viernes 19 de junio de 2020
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