Ir al contenido principal

¿Cuánto dura la inmunidad al Covid-19?

DAVID FERNÁNDEZ

Pocas veces la comunidad científica de todo el mundo había remado en una misma dirección como ahora, en plena pandemia. Pero incluso en estas circunstancias, los interrogantes que acumula el coronavirus son innumerables. ¿Puedes contraer el coronavirus de nuevo? ¿Por qué algunas personas están más enfermas que otras? ¿Volverá cada invierno? ¿Funcionará una vacuna? Y, en caso contrario, ¿cómo se las arreglará el mundo para retomar una relativa normalidad?

En este contexto, buena parte de esas preguntas apelan directamente a nuestro sistema inmunitario que es, a fin de cuentas, la defensa del cuerpo contra infecciones. O lo que es lo mismo, necesitamos anticuerpos y lleva tiempo. Los estudios hasta la fecha sugieren que son necesarios 10 días para comenzar a fabricar anticuerpos que puedan atacar al coronavirus, según un estudio recogido en el archivo médico MedRxiv. Eso equivaldría a protección en el futuro. No obstante, no se sabe si las personas que tienen síntomas leves, o ninguno en absoluto, desarrollarán una respuesta inmune adaptativa suficiente. Pero incluso de ser así, no sé conoce a ciencia cierta cuánto dura la inmunidad. El sarampión, por ejemplo, basta una vez para tener inmunidad de por vida. Todo lo contraria que la gripe, tozuda y persistente como pocas.

El nuevo coronavirus, llamado Sars-CoV-2, no ha convivido con nosotros lo suficiente para despejar las incógnitas, pero tiene seis hermanos que nos pueden dar una pista. Cuatro de ellos (HCoV-229E, HCoV-OC43, HCoV-NL63 y HCoV-HKU1) son muy comunes y algunos de ellos están presentes en los resfriados habituales, por lo que la inmensa mayoría de la humanidad ha desarrollado resistencias contra ellos. En estos casos, algunos pacientes se volvían a contagiar, sin embargo, en menos de un año, según un informe de la Universidad de Columbia (EE UU). Hay dos coronavirus más problemáticos, los que causan el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (Sars) y el Síndrome Respiratorio del Medio Oriente (Mers), en los que se han detectado anticuerpos unos años más tarde. “La inmunidad parece disminuir rápidamente”, afirman los autores del estudio. Aun así, con los datos actuales, es plausible que una segunda infección no sea tan grave.

Entonces, ¿es posible contagiarse dos veces?

Ha habido informes de personas que parecen tener múltiples infecciones por coronavirus en un corto espacio de tiempo. Incluso alguno de ellos hablaba de un japonés de 70 años que ya ha padecido dos veces el virus. Otras teorías, no obstante, apuntan a que el virus pudo entrar en una especie de letargo hasta que volvió a reactivarse. O, simplemente, se trataba de un test erróneo, al parecer, la hipótesis más plausible.

Los experimentos realizados con macacos, aunque limitados, apuntan a que no, ya que la infección primaria podría proteger de exposiciones posteriores. En concreto, se les infectó con tres semanas de diferencia y no desarrollaron síntomas nuevamente después de una reinfección tan rápida.

La cuestión, por lo tanto, sería si esa inmunidad es resiliente. Y si los anticuerpos que podamos desarrollar pueden funcionar como salvoconducto para los pasaportes de inmunidad que algunos países quieren implantar. Un estudio de 175 pacientes recuperados en China mostró que el 30% tenía niveles muy bajos de estos anticuerpos neutralizantes. "Si la inmunidad durara toda la vida, entonces cada superviviente será un soldado más del ejército permanente contra la propagación del patógeno. Pero si la inmunidad fuera breve, como pasa con los coronavirus comunes, el Covid-19 podría ser un supercatarro estacional con una alta tasa de letalidad, que aparecería cada invierno en horribles olas de contagios”, según resume el investigador Antonio Regalado en la revista del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).
En resumidas cuentas, a la espera de una vacuna que resuelva esta situación, todo parece indicar que el coronavirus nos van a acompañar bastante tiempo, mientras, poco a poco, desentrelazamos sus secretos.
LA RAZÓN, Sábado 16 de mayo de 2020

Comentarios

Entradas populares de este blog

«Los buenos modales no están de moda, pero es imprescindible recuperarlos»

FERNANDO CONDE Hoy en día es frecuente enterarte por los medios de noticias relacionadas con la falta de respeto, el maltrato, el acoso, etc. Podemos observar muchas veces la ausencia de un trato adecuado a los ancianos, la agresividad incontrolable de algunos hinchas de fútbol; la poca estima a la diversidad de opiniones; la destrucción del medio ambiente; el destrozo del mobiliario urbano y un largo etcétera que conviene no seguir enumerando para no caer en el pesimismo que no conduce a nada y el problema seguirá ahí. Un problema que podríamos resumir en que se ha ido perdiendo el valor de la dignidad humana en general. Los modos para alcanzar la felicidad, siempre deseada, se apartan de las reglas y normas de conducta más elementales de convivencia colectiva que han acumulado las culturas y los pueblos a través de los siglos. La idea de que «la dignidad empieza por las formas» que resume este artículo es una afirmación bastante cierta, porque la forma, no pocas veces arrastr

Qué le pasa a tu bebé cuando dejas que llore sin parar

  GINA LOUISA METZLER Muchos padres creen que es útil dejar llorar a su bebé. La sabiduría popular dice que unos minutos de llanto no le hacen daño, sino que le ayudan a calmarse y a coger sueño. Se trata de la técnica de la espera progresiva , que fue desarrollada por el doctor Richard Ferber, neurólogo y pediatra de la Universidad de Harvard en el hospital infantil de Boston (Estados Unidos) , y que sigue utilizándose en la actualidad en todo el mundo. Casi nadie sabe en realidad lo que ocurre a los bebés cuando siguen llorando, pero las consecuencias físicas y psíquicas podrían afectarles toda su vida. Cuando un bebé llora sin que sus padres lo consuelen, aumenta su nivel de estrés , ya que, a través de su llanto, quiere expresar algo, ya sea hambre, dolor o incluso necesidad de com

¿Qué hay detrás de las mentiras de un niño?

ISABEL SERRANO ROSA Los niños no son mentirosos, pero mienten . Lo hacen cuando tienen algo que decir o que aprender. Hasta los cuatro años, con sus historietas sorprendentes, quieren narrarnos su mundo de fantasía. Somos la pantalla en la que proyectar su película. Entre los cuatro y los siete años construyen su mini manual de moralidad con ideas muy sencillas sobre lo que está bien y mal, basado en sus experiencias "permitido o no permitido " en casa y en el colegio. Con su gran imaginación, las mentiras son globos sonda para saber hasta dónde pueden llegar. Entre los ocho y los 12 años la realidad se abre camino y la fantasía se vuelve más interesada.  El pequeño pillo de nueve años desea ser bueno, pero se le escapan las trolas por el deseo de gustar a los demás, ocultar alguna debilidad o evitar castigos. En general, mienten a sus crédulos coetáneos o, por el contrario, les escupen a la cara alguno de sus descubrimientos del trabajo de campo que significa crecer.