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El consejo que debes intentar seguir: si puedes, no te infectes

DR. ÁNGEL DURÁNTEZ

Van pasando las semanas desde el comienzo de la pandemia de la covid-19 y todavía nos queda mucho por saber, aunque también hemos avanzado notablemente en el conocimiento del manejo y prevención de esta enfermedad: afecta más a hombres que a mujeres, afecta más y peor a mayores de 50 años, y a personas con enfermedades asociadas o con un sistema inmune débil. Pero quizás la noticia reciente más impactante sea la baja prevalencia de la enfermedad que ha arrojado la primera ronda del Estudio Nacional de Sero-Epidemiología de la semana pasada; el 5% en España, el 11,3% en Madrid…

Como dice mi amigo el Dr. Iván Moreno en uno de sus últimos vídeos de su canal de YouTube, titulado 'Seroprevalencia', estos resultados son un “jarro de agua fría” que, en principio, tienen una lectura no muy positiva. Después de dos meses de confinamiento con el consiguiente impacto socioeconómico y sociosanitario y una de las tasas de letalidad más elevadas del mundo, el 95% de la población española sigue expuesta al virus. ¿Qué hemos hecho mal?, ¿qué hemos hecho bien? A estas alturas no cabe la menor duda de que las medidas de contención se tomaron tarde y no se protegió adecuadamente a los más vulnerables, los mayores, enfermos y los profesionales sanitarios. Esto generó una tensión del sistema sanitario que desencadenó, en parte, la alta tasa de letalidad. Sin embargo, el confinamiento paró la propagación del virus como queda evidenciado en esa prevalencia del 5%.

Lecciones aprendidas

¿Una segunda oportunidad? La lectura positiva del resultado de seroprevalencia podría ser que tenemos una segunda oportunidad para aprovechar la enorme experiencia que hemos acumulado a un alto precio para hacer las cosas mejor. Hay que seguir con los estudios de seroprevalencia, proteger a los más vulnerables, aislar lo antes posible a los casos agudos y sus contactos, y cumplir todos con el uso de mascarillas, el distanciamiento y el lavado de manos.

Muchos de mis pacientes que han podido hacerse un estudio serológico quedan decepcionados cuando sus niveles de IgG arrojan un resultado negativo. La gente quiere estar inmunizada para desenvolverse más relajadamente al no poderse infectar de nuevo y no poder infectar a otros. En mi opinión, lo mejor para todos es no infectarse, primero porque desconocemos cómo nos va a afectar la enfermedad, aunque seamos sanos y jóvenes, y lo segundo es porque aun pasando la covid-19 de manera asintomática, desconocemos qué posibles secuelas podrían quedar en nuestro organismo.

La ansiada inmunidad

Lo ideal sería llegar todos a ponernos la vacuna sin necesidad de alcanzar la inmunidad de rebaño por infección del 60-70% de la población. Es decir, ser del 30-40% que no se infecta. Además, dos estudios publicados recientemente apuntan que quizás esta inmunidad de rebaño se podría tener con la infección de entre el 10 y el 40% de la población, sin conseguir ese 60-70%, lo cual nos facilita cumplir el objetivo. Ambos estudios se fundamentan en que no todo el mundo tiene las mismas posibilidades de infectarse en función de su nivel de actividad y contactos. Evidentemente no es lo mismo el riesgo que tendría mi madre, cuyo nivel de contactos y actividad se limita a la familia, algunos amigos y a salir a pasear al parque, que el de mi hijo, que va en metro al trabajo, trabaja en una planta de oficina junto a decenas de compañeros, va al gimnasio, frecuenta los bares, restaurantes y discotecas, y de vez en cuando acude a un evento multitudinario deportivo o un concierto.

Si estos estudios tuvieran razón, Soria, Cuenca, Segovia, Albacete, Madrid, Ciudad Real y Guadalajara podrían estar cerca de la inmunidad de rebaño. Una buena noticia.

De modo que si puedes, no te infectes. Ya sé que puede ser un objetivo difícil, pero es lo que recomiendo a mis pacientes y seres queridos.

EL CONFIDENCIAL, Miércoles 20 de mayo de 2020

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