PEPA J.CALERO
Este blog se publicó originalmente en el blog de la autora.
Las mujeres del siglo XXI reclaman a sus compañeros mayor complicidad
emocional, más comunicación, reparto igualitario de tareas y compartir
los cuidados del bebé. Hoy en día, la implicación del padre en los
cuidados de los hijos parece hasta natural. Ni siquiera se cuestiona.
Claro que, sobre el papel, todo es armónico, como un bello concierto,
hasta que la realidad desafina y nos despierta de esa dulce utopía.
Tradicionalmente,
en su relación con las mujeres, se han situado en un plano superior o
en un nivel de dependencia sentimental. Nunca en relaciones de igualdad.
A muchos hombres les cuesta relacionarse igualitariamente con su pareja
porque los espacios masculinos (trabajo, deportes, ocio...) siguen
siendo competitivos y jerárquicos.
Educados para reprimir sus
emociones, el modelo de relación aprendido de dominación-sumisión no es
válido en el siglo actual. De pronto, se hallan perdidos, a la deriva en
un mundo de exigencias igualitarias donde la autoridad del padre de
familia, por suerte, ya no es sagrada. Hoy el respeto se gana, no se
impone.
Estos padres igualitarios o padres cuidadores sienten una
profunda soledad. Carecen de referencias en las que mirarse. Sin modelos
sociales, sin aplausos familiares, sienten que pisan un terreno de
arenas movedizas por el que no saben bien cómo moverse.
Los nuevos
varones felicitan a las mujeres el 8 de marzo, las ensalzan, valoran, y
apoyan sus reivindicaciones. Sin embargo, siguen "ayudando" en las
tareas domésticas sin asumirlas como propias, evaden obligaciones con la
excusa de la torpeza masculina o la ignorancia, lavan el coche pero no
los baños...
Claro, que configurar esta nueva identidad no debe
ser fácil. Aprender a construir una paternidad sin patriarcado,
automodelarse, reconstruirse social y personalmente en un mundo tan
cambiante, debe suponer un tremendo esfuerzo.
Resulta curioso y
loable descubrir cómo algunos padres se han unido para revindicar
estructuras más limpias, sanas e igualitarias en las relaciones
personales y familiares. Como muestra, os dejo algunos enlaces de
asociaciones y grupos de hombres que defienden y luchan por una nueva
forma de pensar y relacionarse.
Si los hombres hablasen. Hacia un nuevo paradigma de paternidad y masculinidad.
Ahige. Todo hombre es una revolución pendiente, reza el eslogan de la web de la asociación de hombres por la igualdad de género.
Men Care. Una organización en más de 50 países que promueve que los padres se involucren en la crianza.
Felicito
a estos hombres que quieren y han optado por disfrutar de la crianza y
del hogar a pesar de las presiones inevitables del entorno social. Ayer
mismo, una abuela regañaba a su yerno por cambiarle el pañal a su bebé,
"con lo torpes que sois los hombres, déjame, anda".
Y es que, nos
guste o no, debemos admitir que el discurso machista campa a sus anchas
también entre las mujeres. Podía justificarlo por la edad o la educación
recibida, pero lo triste es que también lo escucho en mujeres jóvenes.
Por
suerte se van dando pasos, poco a poco, a pesar de los pesares. Hace
unos meses, hablando con una pareja sobre los nuevos padres y su
implicación en la crianza, el hombre confesó lo duro que fue para él el
cuidado de su primer hijo. Su familia quería que él siguiera con el
tradicional rol de hombre y dejara de hacer "cosas de mujeres".
Cuando su hijo cumplió tres meses, su mujer le regaló el poema de Mario Benedetti No te rindas
en un pequeño marco de madera blanca. "No te puedes imaginar lo que
lloré leyéndolo, aún me emociono al recordarlo. Me ayudó muchísimo.
Claro, que eso no se lo conté a nadie. Tampoco hacía falta. Solo lo
sabíamos ella y yo".
Para estos nuevos hombres, nuevos padres, mi pequeño homenaje en forma de este valioso poema de un hombre excepcional.
NO TE RINDAS
No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.
No te rindas, que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.
No te rindas, por favor, no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya, y tuyo también el deseo,
Porque lo has querido y porque te quiero,
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor, no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños.
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.
MARIO BENEDETTI
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