JESSICA MOUZO QUINTÁNS / BARCELONA
El Departamento de Salud ha detectado afectaciones neurológicas por infecciones de enterovirus
en unos 40 menores de seis años. Aunque la presencia de este virus es
común en esta época del año y suele derivar en infecciones
gastrointestinales o respiratorias leves, Salud ha lanzado la voz de
alarma tras detectar “episodios de más gravedad que han evolucionado
clínicamente en alteraciones neurológicas”. Aunque el Departamento no ha
precisado qué tipo de daño sufren los menores, sí ha asegurado que “la
gran mayoría evolucionan favorablemente”.
Fuentes consultadas por EL PAÍS han asegurado que los primeros casos
se detectaron en el hospital Joan XXIII de Tarragona y algunos niños
requirieron ingreso hospitalario. El enterovirus es un
microorganismo del que se conocen decenas de serotipos, entre ellos un
subtipo (el D68) que provoca parálisis parecidas a las de la polio. Este microorganismo afecta más a menores y se transmite por vía oral-fecal.
"La familia de los enterovirus se divide en dos grupos: los virus de
la polio y los primos hermanos, que son un centenar, y dan resfriados y
cuadros respiratorios. En este caso, del D68 sólo han identificado un
caso, los demás han sido cuadro leves y, aunque han desarrollado alguna
alteración neurológica, la recuperación ha ido bien", ha explicado el
prestigioso epidemiólogo del hospital Clínic, Antoni Trilla.
Algunas cepas del enterovirus también se monitorizan, junto al virus de la gripe, dentro del Plan de Información de las Infecciones Respiratorias Agudas en Cataluña (PIDIRAC). Aunque
lo más común es que provoque diarreas o complicaciones respiratorias,
sobre todo en niños con asma, se han descrito casos de meningitis
víricas y encefalitis, sobre todo en menores de un año.
Según ha explicado en un escueto comunicado, el Departamento “ha
reforzado la vigilancia y los protocolos clínicos en el conjunto de la
red asistencial”. En esta línea, Salud ha recomendado lavarse bien las
manos con agua y jabón y ha pedido a las familias que consulten al
pediatra si sus hijos “tienen somnolencia, decaimiento, temblores u
otros síntomas neurológicos acompañados de fiebre”
EL PAÍS, Martes 17 de mayo de 2016
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