MARÍA SÁNCHEZ SÁNCHEZ
Su mamá llega a casa con una caja, pero el niño protagonista de The Present (El Regalo)
no repara en ella porque está absorto jugando a los videojuegos. "Hace
un día maravilloso fuera, abre la ventana para que entre el sol",
comenta mientras el niño se aferra al mando de la consola y nos despega
la vista del televisor, "Por qué no dejas de jugar y abres el regalo
que he traído para ti". Sorprendido, el niño abre el paquete y sonríe al
descubrir que en su interior hay un perro. Pero algo sucede cuando le
observa bien: una de sus patas delanteras está amputada. Con cara de
asco lo arroja contra el suelo y dice con fastidio "¿Me está tomando el
pelo?".
Unos minutos después, y tras varios intentos fallidos del perro para
que el niño lance la pelota, el protagonista parece cambiar de actitud
tras observarlo. El cachorro tiene dificultades de movilidad, se
encuentra obstáculos, tropieza, se cae, pero no se rinde. Sigue jugando.
Finalmente, el niño coge aire y se levanta del sofá para salir a dar un
paseo... ayudándose de unas muletas. A él, como a su nueva mascota,
también le han amputado parcialmente la pierna.
Compartido en Vimeo por el propio autor,
este corto de animación ha superado en apenas cuatro días el millón de
reproducciones. Su éxito en esta plataforma y en las redes sociales se
suma a los 180 galardones que lleva recogidos en Festivales de cine de
todo el mundo. Tal y como ha explicado en Facebook el director, el joven alemán Jacob Frey, el cortometraje está basado en el cómic Perfeição del ilustrador brasileño Fábio Coala. Frey adaptó sus dibujos al cine para completar la tesis final de sus estudios de animación en la escuela de cine Baden-Wuerttemberg.
El pasado mes de diciembre otro trabajo firmado por estudiantes de la Academia de Cine Baden-Württemberg se hacía viral en las redes sociales. En este caso era un falso anuncio de Johnnie Walker en el que dos hermanos conversaban mientras iniciaban un viaje de vuelta a los lugares de su infancia. Como en The Present, al final del vídeo se aportaba un dato revelador - y muy emotivo- que resultaba fundamental para entender la historia.
EL PAÍS/VERNE, 31/01/2016
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