VICTORIA TORRES
Hace ya 10 años que se decidió que, para luchar contra la anorexia, las modelos que desfilaban en la Pasarela Cibeles debían tener
un peso mínimo. ¿Y qué no hay de un peso máximo para los bebés modelo con el fin
de atajar la obesidad infantil? Porque ese nene con triple molla en el brazuelo
que te mira sonriente desde gran parte de los anuncios de productos destinados
para ellos no es gracioso, está gordo.
Y un bebé gordo, en contra de lo que opina tu madre, tu vecina y tu cuñada,
no es un bebé saludable, sino la semilla de un posible futuro diabético, hipertenso o enfermo
cardiovascular y, lo que es todavía peor, con una esperanza de vida menor que la tuya. Hace años que la OMS viene alertando de que la
obesidad es una auténtica epidemia. En España, un 27,8% de la población
infantil (de 2 a
17 años) padece obesidad o sobrepeso, según la Encuesta Nacional de Salud 2011–2012, la
última publicada. El Informe Aladino revela un dato escalofriante: la prevalencia del sobrepeso y la obesidad entre los siete y
ocho años, la franja de edad que se considera indicadora del futuro, es del
43%.
Según alerta el centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y
la Nutrición (CIBERobn), el 19% de los niños españoles son obesos, un
porcentaje que triplica al de hace 30 años, que se encuentra entre los más
elevados de Europa y que incluso supera al de Estados Unidos, donde es del 16%.
"En Europa, solo Malta y Portugal nos aventajan. Pero no estamos solos,
otros países como Grecia, Bélgica, Italia y Gran Bretaña nos acompañan en tasas
semejantes de sobrepeso en la infancia", advierte el veterano pediatra José
María Paricio, autor de Tú eres la mejor madre del mundo.
"En estudios recientes, en la población de 8 a 17 años se ha encontrado un
26% de sobrepeso y un 13% de obesidad, con un total de 39% de personas de esta
edad con exceso de peso (obesidad + sobrepeso). Estas cifras eran mayores en
los niños y niñas de 8 a
13 años: 31% de sobrepeso y 15% de obesidad, frente a 17% y 9% respectivamente
en los de 14 a
17 años", explica Paricio, para quien "son unas cifras terribles
pues, para entendernos, casi la mitad (cuatro de cada 10) de niños y
adolescentes españoles tiene exceso de peso y uno de cada ocho está claramente
afecto de obesidad".
Pero la culpa de que nos gusten los bebés rollizos no la tiene ni mucho
menos la publicidad, ya que solo muestra lo que gente quiere ver. ¿A qué se
debe que prefiramos a los bebés bien ternescos? "Supongo que es
porque antiguamente había desnutrición y alta mortalidad infantil, así que
preferían pasarse que no llegar", contesta vía email el pediatra Carlos
González, autor de Mi niño no me come, entre otros muchos libros de
crianza , alimentación y salud infantil.
"Hace muchos años se le temía al hambre que se pasó en la guerra y en
la posguerra y eso podía explicar que estar gordito se considerase de
buena salud, pero hoy en día, seguirlo haciendo contribuye a justificar la
epidemia de sobrepeso y obesidad que hay en toda nuestra rica sociedad",
avisa Paricio, creador de la web de referencia sobre compatibilidad de lactancia y
medicamentos.
"Los niños de los años 50 estábamos predominantemente flacos, entre
otras cosas porque nos movíamos mucho y comíamos casero y lo justo; los
pediatras que empezamos a ejercer a finales de los 70 vimos mucha desnutrición
aún, debido a escasa y mala alimentación, pero todo eso es agua pasada: hoy
vemos sobre todo niñas y niños con exceso de peso. Hoy los niños han dejado de
moverse y comen mal", se lamenta Paricio.
EL PAÍS / SAPOS Y PRINCESAS, Jueves 25 de febrero de 2016
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