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El retrato robot del estudiante con menos opciones de futuro



PILAR ÁLVAREZ
Uno de cada 10 estudiantes españoles de 15 años no alcanza un nivel básico de conocimiento. En la definición de la OCDE eso significa que no es capaz de hacer un razonamiento complejo y que, de adulto, no podrá afrontar problemas habituales de la vida moderna. Son 42.000 alumnos  con un nivel insuficiente en tres materias  (matemáticas, lectura y ciencias), según el último informe de la este organismo internacional, Estudiantes de bajo rendimiento: por qué se quedan atrás y como ayudarles a tener éxito, presentado este miércoles y elaborado con resultados de  la evaluación PISA de 2012. La organización económica pide a los gobiernos "hacer del bajo rendimiento una prioridad educativa" y dedicarle "recursos adicionales" que en el caso de España han ido desapareciendo progresivamente durante la crisis.
En esta ocasión, España sale mejor parada en este estudio comparativo que en otros informes PISA. Los estudiantes nacionales superan la media de la OCDE con un 10% de rezagados en las tres materias frente al 12%. Si vamos una a una, los resultados también son mejores en ciencias (16% frente a 18% de media, por delante de países como Francia, Italia o Estados Unidos). En lectura, el porcentaje es el mismo (18% en ambos casos, adelantando también a Francia, Italia o Portugal) y en matemáticas empeora levemente (24% frente al 23%, respectivamente, con peor resultado que Francia, Reino Unido o Alemania), como reflejan los datos de los gráficos que acompañan esta información.

El retrato robot del alumno con peores opciones

Un estudiante varón con sus dos progenitores en una casa con una situación económica saneada, cuya lengua materna sea la misma que la de la escuela, que viva en una ciudad, haya hecho más de un año de educación infantil y nunca haya repetido un curso tiene un 10% de probabilidades de quedar rezagado en matemáticas (el área en la que más se centró el informe de 2012). Las posibilidades son mayores para las chicas, los estudiantes con rentas familiares bajas y de origen inmigrante, para los que no han recibido educación preescolar, han repetido un curso y se han matriculado en Programas de Cualificación Profesional Inicial, cita el informe, los cursos que el Gobierno sustituyó por la actual FP básica. 
Las alumnas chicas tienen en términos generales mejores datos en las otras dos materias que revisa el estudio (lectura y ciencias) y la educación preescolar (la OCDE contempla el segundo ciclo, de tres a seis años de edad) es casi universal en España. ¿Por qué motivos se quedan principalmente los alumnos atrás?

La riqueza de la familia, lo que más influye "Lo más importante es la renta familiar", explica Alfonso Echazarra, analista de la OCDE. Es el principal factor en España y en el resto de países. Los estudiantes más pobres tienen una probabilidad tres veces mayor de quedar rezagados que el resto.
“Hay alumnos que en casa no tienen una habitación para estudiar, que pasan mucho frío porque no tienen calefacción. Son problemas que van más allá de la escuela, pero que son reales como la vida misma”, considera Charo de la Paz, docente jubilada con 38 años de experiencia como profesora y directora del instituto Arturo Soria (Madrid), al que llama “la pequeña ONU”, por la variedad de nacionalidades y etnias de sus chicos. “Para solucionar esto hay que aplicar programas de refuerzo e invertir dinero en ellos. La política educativa debe ir de la mano de otras como la sanitaria o la de servicios sociales que mejoren la calidad de vida de las familias”, añade De la Paz.

La OCDE pide "recursos adicionales" que España recortó

Igual que esta docente con décadas de experiencia, la OCDE recomienda a los países convertir el bajo rendimiento en una prioridad educativa y dar “recursos adicionales” que identifiquen a los estudiantes más regazados, con una estrategia “adecuada” y programas de refuerzo especiales para los estudiantes de origen inmigrante. ¿Qué ha ocurrido en España? “Los programas de diversificación son las víctimas fáciles de los recortes”, explica Jaime Rivière, profesor de Sociología de la Universidad de Salamanca. “La cuestión clara que la OCDE no puede decir es que muchas veces las medidas más eficaces cuestan dinero. Identificar a los estudiantes de bajo rendimiento y diseñar una estrategia adecuada a su perfil es en lo primero en lo que se recortó”, añade.
El Ministerio de Educación redujo en 2016 su partida para educación compensatoria, destinada a garantizar la equidad, un 2,6% hasta 5,11 millones de euros. Esta partida perdió casi el 90% de sus fondos en los presupuestos de 2015, cuando se recortaron 48 millones al dinero destinado a la “compensación de las desigualdades” y a activar acciones que contribuyan a prevenir las derivadas “de factores sociales, económicos, culturales, geográficos, étnicos o de cualquier otro tipo”.
 

Mejor los centros concertados 

El sistema español es “bastante equitativo y apenas presenta diferencias casi entre los colegios”, señala Echazarra. La brecha española entre los centros con más y menos recursos es menor que la media de los países analizados (tienen 2,6 veces más posibilidades de tener estudiantes con bajo rendimiento frente a 11,3 veces de media). “Pero dentro de esto, los resultados de los centros concertados son mejores que los públicos en cuanto al bajo rendimiento y un poco más todavía con respecto a los totalmente privados”, añade el analista de la OCDE. El informe señala que los centros privados “no pueden proporcionar el apoyo necesario” a este tipo de alumnos porque “tienden a tener mayores concentraciones de estudiantes favorecidos que están en menor riesgo de bajo rendimiento”.

El dilema de los repetidores

Los repetidores tienen una probabilidad 8,4 veces mayor (52% de ellos tienen bajo rendimiento en España, según el estudio) que los que nunca han repetido curso de quedar rezagados. Echezarra, analista de la OCDE, admite que no se sabe qué viene antes, estar desmotivado o repetir. Pero sí alerta de que en España es una cuestión de la que se abusa. “Es estructural, hay más de la que le correspondería dado su nivel medio. Y no sabemos si es la mejor manera o no, pero sin duda es la más cara”, añade.
Según otros expertos, no solo puede ser negativo para el rendimiento sino también favorecer que el estudiante deje definitivamente las clases. España está a la cabeza de Europa en abandono escolar temprano, el porcentaje de jóvenes entre 18 y 24 años que no acaban la secundaria o solo tienen el título de ESO. Parte de los alumnos que están rezagados a los 15 años dejan la escuela a partir de los 16 (cuando deja de ser obligatoria). El porcentaje roza el 20% y, aunque es el más bajo de la historia, supone aún el doble de la media europea. “Muchos interpretamos el alto abandono en España no tanto con como son los estudiantes de la parte baja de la distribución de los resultados sino más bien con qué se hace con ellos. Los países latinos tienden a facilitar la repetición de curso y eso le lleva a salir antes, se les expulsa del sistema”, añade Jaime Rivière.

Los deberes no siempre ayudan

España está entre los países en los que los alumnos de 15 años destinan más horas a los deberes para casa, según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE). En España dedican 6,5 semanales frente a las 4,8 de media entre los países industrializados. ¿Qué ocurre con los alumnos de peor rendimiento a los que alude el organismo internacional en su último informe? Los estudiantes españoles de bajo rendimiento en matemáticas dedicaron una media de 4,7 horas a la semana a hacer deberes (frente a una media de 3,5 de la OCDE) mientras que los alumnos con un rendimiento por encima del nivel básico de aptitud —aquellos que saben resolver problemas complejos— dedicaron hasta siete horas semanales frente a las 5,3 de media de la OCDE
¿Influye eso en los malos resultados de los más rezagados? “Estos estudiantes sienten que su esfuerzo en deberes no es productivo. Y el resultado es que, si se frustran y dejan de hacerlos, se quedan vendidos”, apunta Alfonso Echazarra, analista de la OCDE. "Hacer deberes ayuda pero, si parte de lo que se lleva a casa se hiciera en clase, puede que consigamos mejores resultados”, añade.
La OCDE ya apuntaba en informes previos que puede abrirse una brecha entre alumnos con más o menos recursos —la renta de las familias es uno de los principales factores que influyen en el rendimiento de los alumnos— aunque defiende razones "muy sólidas" para asignar tareas después de clase como "ayudar a los estudiantes con dificultades", asegurar que lo retienen en su memoria a largo plazo o dar un estímulo adicional para los estudiantes de altas capacidades.
El asunto preocupa a los padres de la escuela pública, la Confederación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa), hasta el punto de que han pedido oficialmente su reducción, un asunto del que recogió el guante el PSOE en su programa electoral.
EL PAÍS, Miércoles 10 de febrero de 2016

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