CELIA ARIAS
A día de hoy, estamos más que concienciados de los cuidados que
debemos tener con nuestra piel y la de nuestros hijos en verano, pero
¿qué hay del invierno? El frío, el sol, la nieve y otros agentes también son dañinos para nuestra piel y debemos conocer cómo protegernos de ellos. Hablamos con el Doctor Raúl de Lucas, Jefe de Sección de Dermatología Pediátrica del Hospital La Paz, quien nos ayuda a resolver muchas dudas.
Cuando
hace mucho frío, incluso una tarde en el parque puede irritar la piel
de los más pequeños, especialmente la de la cara. Y es que su piel es
mucho más delicada y fina que la de los adultos y sufre mucho más las
agresiones externas. Entonces, cuando hace mucho frío ¿debemos evitar que salgan a la calle?
Según el Dr. De Lucas "en absoluto. Los niños deben salir, deben
jugar... Salvo que las temperaturas sean extremas, no hay
restricciones". Por tanto, utilizando ropa adecuada para el frío hay
que seguir dando paseos y bajando al parque para que el niño reciba sus dosis de luz natural y aire fresco.
"Es muy raro que en nuestro medio las temperaturas sean tan bajas que
amenacen la vida del niño, se estima que hay mucho riesgo por debajo de
-44ºC. En el caso de la piel, es importante usar la ropa adecuada si el frío es seco y se acompaña de viento".
Es fundamental que los padres sigamos hidratando la piel de los niños durante el invierno,
ya que las bajas temperaturas aumentan la sequedad del ambiente y puede
provocar irritación y otras reacciones. Como nos dice el Dr. De Lucas,
"hay zonas particularmente sensibles al frío como son los labios, las mejillas y el dorso de las manos.
Posiblemente, el conjunto de irritantes (saliva, restos de comida,
etc.) o el no secarse bien, hacen que esta piel expuesta al viento y al
frío sufra una alteración de la barrera cutánea con pérdida del manto
ácido hidrolipídico y por tanto una inflamación que da lugar a
enrojecimiento y descamación y a síntomas como el escozor , la tirantez o
el picor. Este tipo de lesiones los vemos más frecuentemente en niños
con dermatitis atópica y en adolescentes que están tomando isotretinoína
para el acné".
Además, es muy probable, que a lo largo del
invierno nos planteemos en alguna ocasión subir a dar un paseo por la
montaña o practiquemos deportes en la nieve. En este
caso, hay que incrementar las precauciones ya que, como nos indica el
Doctor, "la altitud y la nieve, que es una superficie reflectante, hacen
que la irradiación sea más intensa. Eso, unido a la ausencia de calor,
hace que la exposición sea más prolongada que en verano, aumentando las posibilidades de quemaduras y de daño crónico. Debemos hidratar las zonas expuestas y
utilizar guantes para proteger las manos". Asimismo, debemos proteger
la cabeza con un gorro o sombrero, ya que la cabeza y las extremidades
necesitan más sangre cuando hace frío. Una cráneo bien abrigado permite
al organismo enviar más calor a los brazos y las piernas. Y no olvidemos
tampoco proteger bien el cuello, ya que el estar sometido a corrientes
fuertes de aire frío, puede dañar nuestra garganta.
Si acompañamos estas medidas de una alimentación rica en vitaminas y antioxidantes, estaremos cuidando de manera adecuada la piel de nuestros hijos.
Así que ya sabéis, hidratación, abrigo, una buena higiene y ¡a disfrutar del frío!
EL MUNDO, 27/02/2016
Comentarios
Publicar un comentario